miércoles, 18 de abril de 2012

Funcionarios

Que los funcionarios no están pasando un buen momento, es un hecho. Que no son los únicos en España que están sufriendo la crisis, es un hecho mayor. Que desgraciadamente (algunos) siguen creando la mala fama de ser gente borde y con pocas ganas de trabajar, es el mayor de los hechos.
Creo que trabajar en una oficina de empleo tiene que ser un trabajo duro. No puedo imaginar lo que debe ser ver cada día colas inmensas de gente que espera poder acudir a alguna entrevista de trabajo, o espera que le concedan el subsidio para poder seguir manteniendo a su familia. Realmente tiene que ser un trabajo muy duro. Pero es un trabajo, y deberían dar gracias por tener un trabajo fijo para toda su vida. Porque el funcionario tiene su puesto blindado de por vida. Sin embargo, por muy bien que podamos llegar a trabajar los demás ciudadanos de a pie, nadie nos asegura que un día un ERE no nos haga caer en la miseria. Y el que realmente esté harto de su trabajo, odie trabajar escuchando las penurias de los demás, que lo deje. Que lo deje y se busque otro trabajo, como por ejemplo, trabajar 12 horas seguidas en un restaurante, aguantando a impertinentes, trabajando de pie, cargando bandejas que pesan toneladas y con apenas 30 minutos para comer. Porque hay trabajos así, y creo que eso sí que es duro de verdad, y aunque estés hasta el moño, tu sigues con tu mejor sonrisa atendiendo a tu cliente, aguantando sus malos modos, los correteos de sus hijos por todo el salón, que decidan sentarse a tomar algo cuando quedan 2 minutos para cerrar y ya lo tengas todo limpio y recogido, incluso tener que aguantar algún que otro insulto.
Por eso, señores funcionarios de la oficina de empleo, si una persona entra en su oficina a las 10.35, y coge un papelito con número para ser atendida, no se levante de su mesa de malos modos y se dirija con la peor de sus expresiones para arrancarle de la mano a esa persona el papelito, diciéndole que sólo se atiende hasta las 10.30 (golpeando el cartelito del NUEVO horario con el dedo repetidas veces, haciendo ver que esa persona es estúpida y tú, funcionario eres el genial trabajador que tiene que regañar a los pobres desgraciados ciudadanos que llegan tarde a tu oficina para joderte estropearte la mañana) y por si acaso le dices que no te importa lo que tenga que pedir, ni de dónde haya venido para solicitar el documento, porque no le vas a atender, que la próxima vez llegue a la hora que tiene que llegar y punto.
En la vida no cuesta trabajo hacer bien el trabajo, más aún si con tu trabajo estás ayudando a otras personas, lo que cuesta trabajo es dejar de pensar en uno mismo como único ombligo del universo, y ponerse en la piel de los demás, sobre todo porque no sabes con quién te vas a topar, y puede que esa persona a la que menospreciaste delante de los demás que allí esperaban, te ponga una queja a la Comunidad de Madrid, lo cual deberíamos hacer más a menudo en vez de aguantarnos y comernos el mal rato cuando en algún establecimiento nos traten peor que a un perro.

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