La sociedad en la que vivimos ya no es lo que era. Jamás volverá a serlo. Hace algunos años, tener un hijo malcriado, era tener un niño dando voces, armando espectáculos, pataletas gritos y patadas en medio de la calle, o de un supermercado, porque no le comprabas el juguete, o la chuchería que le apetecía.
Malcriar y consentir a un hijo no es la solución, ni para tapar una separación de los padres, ni para tapar un fallecimiento, ni para tapar cualquier otro problema que el niño pueda arrastrar. Con malcriar y consentir a nuestro hijo, podemos conseguir varias cosas:
-Que tenga más de 30 años,y siga viviendo en casa,sin hacer nada,mientras se toma un "año sabático" para descansar de la carrera,que lleva siglos estudiando.
-Que tengamos un adolescente problemático que haga cualquier cosa por conseguir lo que quiere,aunque sea hacer daño a su propia familia.
-Que construyamos una base inestable y desequilibrada, en la vida del niño, donde piense que las cosas son como él dice, que los lujos caen del cielo, y que estamos en esta vida para servirle, y nada más.
-Y lo peor de todo, que cuando salga al mundo exterior, y extienda las alas para echarse a volar, se de cuenta de que el mundo es absolutamente distinto de como lo ha vivido él durante sus años inocentes...
Los niños necesitan normas, y normas no es sinónimo de hacerles daño, no quererles o herirles. Ponerles normas es sinónimo de amarles, y querer convertirles en unas buenas personas el día de mañana. Los límites son necesarios, sin ellos, no existiríamos. Y para un niño, un límite, es cuidarle, educar su mente, ayudarle a crecer.
Un niño no necesita 3 consolas distintas, necesita una sesión de baile y saltos con su madre.
No necesita una bolsa de gominolas de tres cuartos de kilo, necesita ayudar a preparar el bizcocho del desayuno con su padre.
No necesita 10 canales de dibujos animados,necesita dibujar, o leer con ayuda de su familia.
Tampoco le hacen falta 3 horas semanales de inglés,4 horas de futbol, 2 horas de judo y 1 de matemáticas. Lo que necesita es poder elegir lo que le guste hacer, y disfrutrarlo.
A un niño no hay que callarle para que no nos moleste, a un niño hay que ayudarle a que encuentre sus gustos, sus metas,sus virtudes.
Si tu hijo dibuja y no se le da bien, no le invites a dejarlo, y le digas que se dedique a estudiar literatura, apóyale y hazle saber que tú sabes que él puede hacerlo mucho mejor, y que si se lo propone, llegará a ser un excelente pintor.
Esas palabras valdrán más que todas sus clases extraescolares juntas, las cuales, por cierto, bajan el rendimiento académico de la mayoría de los niños, por no tener tiempo ni fuerzas después de pasar un agotador día tras otro para dedicarle tiempo al estudio.
Con lo fácil que es coger a tu hijo, darle un beso, decirle lo mucho que le quieres, y dedicarle unos minutos para jugar...
Conmovedor: será porque soy padre desde hace año y medio y quiero lo mejor para él...
ResponderEliminarDe acuerdo, he paseado por tu blog y finalmente he comentado en el última entrada xD
ResponderEliminarEspero que "malcríes" a tu hijo con todos esos buenos momentos que dices aquí, la educación no depende de la escuela, la educación de verdad se aprende en casa y junto a los padres
Por cierto, pisar charcos mola!
Bombón!!! hoy he leído una cita... jajaja... mejor que la leas...
ResponderEliminar" Que la lectura y los libros pasen a ser algo tan natural y gozoso para los niños como ver a su madre haciendo bizcocho" Gustavo Martin Garzo
Creo que va genial como comentario... no crees??
Un besote
jajajaja,ni que lo hubiera copiado! (¡que no!) :)
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