Patadas cada dos por tres...

Es algo que siempre sucede, el tiempo vuela cuando no tiene que volar, y se para cuando no quieres que lo haga..
Las semanas pasan demasiado rápido, mientras me tiro el día entero deseando que pase el tiempo (qué ironía).
Por fin llegaron el invierno y las lluvias, y con ellos los kg de más, el no volver a entrar en la ropa, las noches de insomnio, el ardor de estómago, la retención de líquidos, los dolores de caderas...
Sin embargo, lo que no han llegado (aún) son los nervios del parto, las prisas por preparar las cosas, ni por comprar lo que falta..
Es el gran cambio que se nota de ser primeriza, a no serlo, el siguiente te lo tomas con más "tranquilidad", ya sabes lo que es, lo tienes más o menos reciente, ya no te pilla de nuevas. Lo tienes prácticamente todo, ya no tienes que estar comprando cuna, carro, cambiador... Al final la inversión del primero sí que te sale rentable. Sacos y sacos de ropita que volverás a usar, y ropa que no paras de guardar "para cuando le sirva" al que viene en camino.
Los pobres segundos es lo que tienen: estrenar, estrenarán poquito al menos los primeros años de vida, aunque algunos caprichos nos permitiremos. Ante todo, la mayor igualdad posible, dentro de esta crisis que va subiendo y subiendo..
Las revistas que guardo del primer embarazo ya no me solucionan dudas, ni me atrae leerlas como antes, me siento muy "despreocupada" ya que todo lo que va pasando es como un "dejá vù".
Lo que sí tengo son las inmensas ganas ya de verle la cara, y de ver si será un mini Daniel, o será completamente distinto a él, me da muchísima curiosidad.
4 meses de espera aún....

....para conocer a Sergio.